Top Gear: Chris Harris prueba el BMW M2 contra el M3 E36 y el RS 3

No sólo para muchos clientes, sino también para un programa de televisión como Top Gear, un coche como el BMW M2 F87 es un auténtico regalo. Chris Harris y otros expertos se permiten desahogarse al volante y crear imágenes tan espectaculares que resulta casi inevitable y sin exageración alguna hablar de gran cine. El potente coche de tracción trasera y gruesos mofletes convierte la pista de pruebas de Top Gear en un escenario de drift y despierta sin esfuerzo al niño que lleva dentro Chris Harris, que no puede ocultar el placer de conducir que experimenta en cada segundo de la prueba. ¿Aún sigues buscando tu coche de ocasión en Toledo? Tu próximo coche de ocasión en coches de segunda mano Toledo Crestanevada.

 

Con estas cualidades, el BMW M2 forma parte de una larga tradición de vehículos de M GmbH, porque en Garching se fabrican desde hace décadas coches rápidos con licencia para derrapar. Así que no es de extrañar que Chris Harris traiga de vuelta a la televisión a un viejo conocido con el BMW M3 E36, porque la segunda generación del M3 también representó en su día el máximo placer de conducción con unas dimensiones compactas y un precio que, al menos, no está completamente fuera del alcance de mucha gente.

 

Para dejar claro el placer de conducción que proporciona el BMW M2, Chris Harris se pone por fin manos a la obra de forma bastante científica y saca al Audi RS 3 a la pista de pruebas como contrincante. Gracias a la tracción a las cuatro ruedas, el compacto deportivo de Ingolstadt tiene las mejores cartas, especialmente al acelerar desde parado, y es cualquier cosa menos lento en otros aspectos, pero hace el trabajo de forma comparativamente sobria y sin ser capaz de despertar mayores emociones en personas como Chris Harris.

 

Pero incluso al margen de los valores y cifras medidos, en la prueba de Top Gear es inconfundible que la liberación de endorfinas al volante del BMW M2 de 370 CV tiene lugar a un nivel completamente distinto que en la mayoría de los demás deportivos compactos. En realidad, la razón es sencilla: a diferencia de la competencia directa, el BMW M2 es el único que ofrece una distribución equilibrada del peso, un sistema de propulsión concentrado en las ruedas traseras y una tecnología de chasis muy desarrollada que, en realidad, sólo se utiliza en deportivos de gama media como el M3 y el M4. El hecho de que también tenga un potente motor de seis cilindros en línea bajo el capó redondea el paquete de una vez por todas, y no sólo a los ojos de Chris Harris: